¿Por qué el movimiento es tan importante para mi hijo?

«Equilibrio y movimiento».

El movimiento es clave en la niñez y a lo largo de todo nuestro desarrollo evolutivo. Desde niños fortalece el sistema nervioso que conecta el cerebro con el resto del cuerpo. Genera enlaces neurológicos que favorecen el aprendizaje, les abre el camino hacia su independencia física y les permite dominar destrezas subsiguientes de su propio desarrollo. Además de aumentar su autoestima y confianza en sí mismo, al sentir: “¡Puedo hacerlo!”

Las actividades que permiten movimiento, fortalecen sus músculos, los ayuda a mantener el equilibrio, evita posturas rígidas o muy flojas, la torpeza motriz, propensión a sufrir accidentes, temores, uso excesivo de pantallas o videojuegos.

En familia, propicia el juego divertido, la estimulación de los sentidos y la movilidad, eso si: “no hagas nada que él pueda hacer por sí mismo». Acciones como manipular objetos, identificar  y reconocer sonidos del medio, la agudeza visual, la coordinación óculo-manual, la coordinación ojo-pie, forman parte del procesamiento multisensorial, el cual se estimula con diversidad de actividades físicas, especialmente al aire libre.

Desde casa promueve el desarrollo del tono muscular, la conciencia corporal, déjale moverse, lanzar, levantar, empujar, colgarse de las barras, deslizarse, columpiarse, rebotar en el balancín, correr, saltar, reptar, trepar…

Los siguientes juegos son ideales para realizar dentro o fuera de casa:

  • Carrera de obstáculos: con sillas y cojines, invita al niño a pasar por encima, por debajo y a través de los obstáculos. También puedes emplear cajas grandes de cartón, que pueden convertirse en “túneles” o pasadizos secretos.
  • Buscar el animal: reúne todos los animales de juguetes que tengas en el hogar, de granja, de mar, salvajes…invita al niño a imitar sus sonidos y movimientos.
  • ¡Sigue la estrella!: utiliza una linterna potente o un puntero láser (cuida no apuntar hacia los ojos), oscurece la habitación y realiza movimientos sobre el suelo, las paredes y el techo, mientras el niño intenta seguirlas y “atraparlas” de vez en cuando.
  • Ataja la bolsa: jueguen a lanzar y atrapar bolsas de tela rellenas con diferentes materiales. Puedes integrar además peso y aromas, por ejemplo rellénalas con: granos, algodón rociado con una esencia natural, arena, harina.
  • ¡Congelados!: un líder toca a los demás que corren a su alrededor evitando ser tocados, si les toca, deberán permanecer congelados en la postura en la que estaba en ese momento. Para ser descongelado, otro jugador deberá tocarte. A la tercera “congelación” cambiarán de rol.

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